
RETINOGRAFÍA
La retinografía es una fotografía de la retina o fondo de ojo que se realiza para identificar el patrón de los vasos sanguíneos que hay en la retina. La retina es la capa de tejido más interna del ojo y la cual permite nuestra visión.
De este modo, la retinografía es una prueba sencilla, rápida e indolora que detecta la posible aparición de ceguera y otras enfermedades.
Muchas de las patologías oculares en sus primeras fases son asintomáticas, es decir, que el paciente no nota ningún problema, como que está perdiendo visión y sólo acude al oftalmólogo cuando los síntomas se presentan.
Para realizarse, se requiere dilatar previamente la pupila con gotas que hacen efecto en unos 15 minutos y que, durante unas horas, provocan visión borrosa y deslumbramiento en el paciente. La retinografía de campo amplio no precisa el uso de estos colirios midriáticos para poder llevarse a cabo.
¿Qué se puede detectar con una retinografía?
Las enfermedades más frecuentes que afectan a la retina y que se pueden detectar mediante la retinografía son:
- La retinopatía diabética
- La retinopatía hipertensiva
- La retinosis pigmentaria
- La degeneración macular asociada a la edad (DMAE)
- Desprendimiento de retina
- Nevus Coroideo
- Sospecha de papila glaucomatosa
¿Quién debe hacerse una retinografía?
Es muy importante hacer un control de retina a todas las edades. De hecho, se recomienda con especial interés a:
- Personas a partir de 45 años
- Personas diabéticas
- Personas con hipertensión
- Personas que tengan miopía
- Y a personas que tengan antecedentes de enfermedades oculares en su familia